Mantener el cerebro activo
Caminar, escuchar música, escribir a mano, leer regularmente, emplear figuras retóricas, dormir bien y reír con frecuencia son actividades que pueden mantener joven el cerebro, según el divulgador científico William Speed, de ‘Reader’s Digest’.
El experto también aconseja aprovechar la experiencia, ya que con los años crece nuestro archivo mental de informaciones y situaciones.
Por otra parte, de acuerdo a una investigación de las universidades de Stavanger (Noruega) y del Mediterráneo de Marsella (Francia), escribir con una sola mano mediante lápiz o bolígrafo, para dar forma a nuestros pensamientos sobre el papel, estimula las capacidades neuronales más complejas y ejercita más el cerebro que si se utiliza un teclado.
Además, científicos de la Universidad de Indiana (EEUU) han comprobado que al escribir a mano se activan más regiones cerebrales y se favorece el aprendizaje de formas, símbolos y lenguas, lo cual ayuda a fijar los conceptos y es bueno para aprender un idioma y mantener la mente activa.
Al igual que los músculos del cuerpo, cuanto más y mejor ejercitemos nuestro cerebro, más fuerte, brillante y ágil se encontrará para afrontar las exigencias y retos que le imponen el estilo de vida moderno y la crisis económica actual. Entrenar este órgano es una de las mejores inversiones que podemos hacer. Caminar puede mejorar el flujo sanguíneo cerebral, según un estudio reciente, dirigido por el investigador Rong Zhang, del Instituto de Medicina del Ejercicio y Ambiental del Hospital Presbiteriano de Salud de Texas, en Dallas (Estados Unidos).
Los investigadores estudiaron el flujo sanguíneo de las arterias carótidas de las participantes, que están localizadas en el cuello y aportan al encéfalo la sangre rica en glucosa y oxígeno. La sangre también elimina los desechos metabólicos del cerebro, como la proteína beta amiloidea, relacionada con el mal de Alzheimer.
Suele relacionarse la madurez con la pérdida de facultades mentales. Hay varias actividades que debemos hacer para mantener nuestro cerebro joven:
– Ejercicio suave
– Alimentarnos bien, consumiendo alimentos ricos en antioxidantes y evitando los que contengan grasa.
– Aprender siempre, mediante múltiples ejercicios y nuevos desafíos.
– Mantener la calma, ya que el estrés puede dañar los procesos del aprendizaje y la memoria.
– Dormir suficiente porque aumenta la capacidad de resolver los problemas, y reír.
También aprender a leer, incluso durante la vida adulta, es una experiencia tan importante que hace que el cerebro recoloque sus recursos y modifique su estructura.
La lectura mejora el procesamiento de los estímulos visuales en la corteza occipital y conduce a que surja un área especializada para las palabras en la corteza temporal. Estos mecanismos neuronales permanecen capaces de apoyar el aprendizaje durante la vida adulta.
Fuente: Listín Diario