Los beneficios de escuchar música clásica
¿De pequeño escuchabas las sinfonías de Beethoven y Mozart? ¿Sigues relajándote con la ayuda de estas melodías? Escuchar música clásica tiene más ventajas de las que nos imaginamos, y queremos compartir cinco de ellas.
Por qué deberíamos escuchar música clásica
1. Nos hace felices. Escuchar música clásica estimula la parte del cerebro llamada núcleo accumbens que también controla la risa, la adicción y el placer. Según un estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Montreal, el placer de escuchar este tipo de melodías se encuentra en esta parte del cerebro.
2. Estimula la amígdala. Escuchar a Beethoven trabajará la amígdala, encargada de mejorar nuestra toma de decisiones abstractas.
3. Adiós, ansiedad. Escuchar música clásica cada día reduce el dolor y el estrés. Un estudio con pacientes que tuvieron biopsias demostró que escuchar a Bach disminuyó sus niveles de presión arterial y tensión muscular.
Según un estudio publicado en The Journal of Surgery Cardiothoraic, escuchar música clásica u ópera después de haber sido sometido a un trasplante de corazón reduce la ansiedad, el dolor y los mareos.
Una investigación de Duke Cancer Institute demostró que usar auriculares para escuchar música clásica y eliminar el ruido redujo notablemente el dolor y el estrés de pacientes que se habían sometido a una biopsia de próstata. No tuvieron un aumento del nivel de presión arterial a pesar de que el nivel suele aumentar durante el procedimiento.
4. Cura el insomnio. Un estudio de la Universidad de Toronto descubrió que escuchar música clásica cada noche antes de dormir reduce el tiempo que normalmente necesitaríamos para quedarnos dormidos. Esta música también ayuda a dormir durante más horas.
5. Mejora la atención. Una investigación de Health Science Center de la Universidad de Texas concluyó que los médicos que escuchaban a Mozart mientras realizaban una colonoscopia detectaban pólipos precancerosos de manera mucho más eficaz que los médicos que no escuchaban música durante el procedimiento. Aún cuando estos médicos conocían cuál era el objetivo de la investigación, lograron mejorar su tasa de detección de pólipos precancerosos de un 27,1 a un 36,7 por ciento.