Mejorar la autoestima aumenta la calidad de vida
La tercera edad es una etapa muy difícil para la autoestima. Las personas van viendo como sus capacidades físicas y mentales van menguando. Al mismo tiempo observan como sus contactos sociales van desapareciendo o porque sus propios familiares les dan de lado.
En este contexto no debe extrañarnos que la autoestima sufra graves daños y que muchos de ellos experimenten depresiones. Para mejorar la calidad de vida hay que centrarse en aumentar el autoestima.
Mantener elevada la autoestima en la tercera edad permite a nuestros mayores contar con seguridad y confianza para relacionarse con los suyos, realizar actividades o emprender proyectos con independencia. En pocas palabras, la autoestima es el motor para vivir en plenitud.
Cada vez son más las personas mayores que aparcan a un lado los prejuicios sociales que encasillan a la vejez como periodo de baja creatividad y productividad. Poco a poco se han dado cuenta de que muchos de los problemas en esta etapa de la vida no se encuentran en enfermedades o deterioro de las capacidades, sino en la actitud con que se enfrentan a la vida.
Y es que la gran mayoría de los estereotipos respecto a la tercera edad se basan en distorsionar la idea de que nuestros mayores tienen acerca de sus atributos, cualidades, labores y objetivos que posee o persigue, es decir, de su autoconcepto de la vida, lo cual redunda en que sienta poco afecto por sí mismo y disminuya su autoestima.
De esta forma se crea un círculo vicioso, pues al disminuir su autoestima se siente triste, inseguro y con poca creatividad, de manera que su desempeño se ve reducido y reafirma la terrible idea sobre su baja productividad.
No obstante, este mismo mecanismo puede ser utilizado de manera completamente opuesta para obtener resultados positivos o, dicho de otro modo, alimentar su autoestima. Una buena forma de lograrlo consiste en la realización de actividades recreativas que permitan al mayor sentir satisfacción consigo mismo y que le ayuden a acercarse plenamente a su familia y seres queridos.
Fuentes: Saber Vivir, Mi Autoestima