La memoria a largo plazo no está en el hipocampo, sino en la corteza cerebral
Los neurocientíficos probablemente se han sorprendido mucho ante la noticia de que algunos tipos de aprendizaje se encuentran en la corteza motora, y no en el hipocampo tal y como habían creído erróneamente en todo este tiempo. Los investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (UPO) y del Max Planck Institute for Medical Research en Heidelberg (Alemania) han concluido que algunos tipos de memoria asociativa se desarrollan y se ubican en la corteza motora. Los investigadores han publicado su descubrimiento en la revista ‘Nature Communications’.
El estudio
El aprendizaje asociativo está en la corteza motora. ¿Cómo lo han descubierto? Para demostrar que la memoria de la corteza motora sólo puede desarrollarse con la presencia de los receptores tipo NMDA, han enseñado a ratones a cerrar los párpados al oír un sonido que anticipa un soplo de aire en la cara. Estos roedores sólo adquirían este aprendizaje asociativo si se desarrollaban los receptores NMDA en la corteza motora, como ha señalado Europa Press.
Si se bloqueaban los receptores NMDA, no se desarrollaba el aprendizaje asociativo. Este estudio demuestra cómo funciona nuestro aprendizaje y nuestra memoria a largo plazo.
Por qué habían pensado en el hipocampo
En todo este tiempo se había creído erróneamente que la memoria a largo plazo se encuentra en el hipocampo, porque en 1950 los médicos pretendieron curar la epilepsia de Henry Molaison quitándole una gran parte de su hipocampo, lo cual le causó diversos problemas de memoria y una incapacidad para el aprendizaje posterior a esta intervención. Esta conclusión era falsa precisamente porque al paciente también se le retiraron otras partes del cerebro, tal y como explica AlphaGalileo.
Si profundizamos en este conocimiento de la memoria en la corteza cerebral, podríamos llegar a tener un tratamiento terapéutico contra la pérdida de memoria de enfermedades tales como el Alzheimer, la amnesia o la demencia cognitiva.