Conducir en la tercera edad
Para conducir bien en la tercera edad es importante concentrarse en todas las señales, estar atentos a los cambios que pueden realizar los otros vehículos y ser capaces de prestar mucha atención. ¿Las personas que están en la tercera edad pueden conducir igual de bien que los demás?
Detrás del volante durante la tercera edad: datos a tener en cuenta
El consumo de medicamentos que pueden dificultar los reflejos en la carretera es un detalle a tener en cuenta.
Pero no podemos olvidar los beneficios. Conducir en la tercera edad ayuda a las personas ancianas a sentirse independientes, a valerse por sí mismas y a confiar en sus habilidades. Saber que la edad no es un obstáculo para llegar a un destino concreto sin la ayuda de otra persona motiva a las personas a marcar sus propios objetivos y a tener confianza en que son capaces de lograr estos objetivos.
No podemos olvidar que con el paso de los años es normal que empeore la capacidad para tomar decisiones, que aumente el tiempo necesario para reaccionar de manera rápida y que sea más difícil la comprensión de los estímulos que recibimos.
Los fármacos son un punto clave a la hora de decidir si una persona mayor debería conducir o no. Debido a que estos medicamentos alteran la capacidad para reaccionar ante determinadas situaciones que se presentan en la carretera, su consumo podría causar accidentes.
Conducir ayuda a las personas mayores a tener una buena autoestima pero hay ciertas situaciones que pueden evitar, como conducir por carreteras que no conocen o circular por zonas con poca visibilidad. Es importante que las personas en la tercera edad eviten las situaciones peligrosas.
Las personas mayores pueden evitar atascos, planear con antelación sus viajes y conducir por los caminos en los que se sienten más seguros.
Estas decisiones les ayudarán a estar más tranquilos en la carretera.